Como muchos chicos que dejan su casa para ir detrás del sueño de ser futbolista, Pep Guardiola cambió el lecho familiar de Santpedor, un pueblo catalán de 7000 habitantes a 66 kilómetros de Barcelona, para alojarse en La Masía, el centro de formación de jugadores quizá más prestigioso del mundo.

Corría 1984. Con 13 años de edad y un físico esmirriado que iba en contra de la corriente que promovía mediocampistas de gran capacidad atlética, Guardiola llamaba por teléfono todos los días a su madre para contarle su deslumbramiento:

«Mira mamá, cada mañana, cuando me despierto y abro la ventana, lo primero que veo es el Camp Nou».

Lo hacía desde lo más alto de una cama marinera en un cuarto que compartía con otros compañeros y al que no había llevado el póster de Michel Platini que decoraba la habitación de su casa.

Madre de Guardiola falleció por coronavirus

Este y muchos otros recuerdos quizá hayan invadido a Guardiola cuando el pasado lunes, estando de cuarentena en Manchester, le llegó la noticia de que su madre Dolors Sala Carrió falleció en Barcelona, a los 82 años de edad, víctima del coronavirus, detonante de un estado de salud delicado desde hace un tiempo por otras patologías que le limitaban la movilidad.

La noticia fue dada por Manchester City y los mensajes de condolencias se acumularon en las redes sociales. Barcelona, Real Madrid, Arsenal, Tottenham, Arsenal, Manchester United, Liverpool, Wolverhampton y Napoli fueron algunos de los clubes que le hicieron llegar el pésame. También lo hicieron los jugadores de Manchester City Aymeric Laporte, David Silva, Kevin De Bruyne y Gabriel Jesús, y el ex Barcelona Rafael Márquez.

Muy unido a sus padres

«Pep estaba muy unido a sus padres», expresó el ex atleta y escritor Martí Perarnau, autor de los libros Herr Pep, sobre la primera temporada del entrenador en Bayern Munich, y La metamorfosis , que aborda sus comienzos en Manchester City.

Con inquietudes que van más allá del fútbol, Guardiola se relaciona con varias personas de la cultura, quienes en su momento describieron cómo era la infancia de Pep en una familia constituida por tres hermanos (dos mujeres y un hombre), la madre y el padre albañil, Valentí, que construyó la última casa familiar, de tres plantas.

«No había comida familiar que no comenzara con un maternal: ‘¡Deja el balón y ven aquí», escribió Guillem Balagué, autor de la biografía Pep Guardiola, otra manera de ganar . La convocatoria de Dolors era para el niño que iba a la plaza y jugaba a la pelota hasta que anocheciera o se lo llamara a la mesa. Apunta Balagué: «Dice su madre que no se quedaba quieto y eso le impedía ganar el peso que le correspondía por su edad».

Valores familiares: trabajo y esfuerzo

El guionista y director de cine David Trueba, alguien muy allegado al director técnico, estimó que la familia le inculcó los valores del trabajo y del esfuerzo. Que el entorno en el que fue criado lo constituyó como persona: «Debajo del traje elegante, el jersey de cachemir y la corbata elegida, está el hijo de un albañil y una ama de casa. Que dentro de los caros zapatos italianos hay un corazón en alpargatas».

Felicidad en su estado más simple y puro

Balagué agrega: «Cuando Pep piensa en su infancia en Santpedor, en sus padres, en los interminables partidos en la plaza, no recuerda un momento específico, sino un sentimiento: felicidad; alegría en su estado más puro, más simple».

Ramón Besa, redactor-jefe de Deportes de El País en Barcelona, definió a Dolors como » la persona más anónima de la familia Guardiola, y también la más dulce y generosa, alejada de los focos mediáticos», en contraposición de Valentí, que no le rehuye a la exposición pública y más de una vez apareció en los medios para comentar la carrera de su hijo.

Besa continuó con la descripción de Dolors: «No hay duda, sin embargo, del ascendente de la madre sobre el hijo: el buen corazón de Pep, esa manera de ser altruista, por no hablar de su sonrisa, le viene de Dolors. Muy digna y cariñosa, hablaba de los hijos como madre, se preocupaba más por cómo estaban que por lo que hacían»

Dolors se preocupaba por los viajes a Barcelona

La contención familiar fue necesaria en aquellos primeros tiempos en La Masía. Valentí contó lo que sufría el desarraigo:

«El pobre lloraba cuando nos llamaba, nos partía el corazón». Esta fue una segunda etapa traumática de su paso por la cantera culé.

Antes de que se instalara en La Masía, la familia había decidido que no fuera más en viajes de ida y vuelta a Santpedor: «A Dolors le preocupaba que los continuos viajes a Barcelona le resultaran demasiado estresantes para su hijo, que regresaba a casa más callado de lo habitual, aprensivo y con poco apetito», añade Balagué.

Dolors fue tejedora en una fábrica hasta que la crisis textil de la década del 70 la dejó desocupada. Desde entonces dedicó su tiempo a formar una familia. Por la imposibilidad para movilizarse pasó los últimos años recluida en su casa, que tiene una estatua de yeso de Pep y un salón repleto de fotos con las copas de Europa y con la medalla de oro que le concedió el Parlament catalán.

La cuarentena le impidió al entrenador viajar para despedir a su madre, para quien siempre fue José, nunca Pep.

La donación de Guardiola  y lo que extrañaba el fútbol

Pep Guardiola fue uno de los primeros en hacer un aporte solidario para combatir el coronavirus. De acuerdo con los últimos datos oficiales, en Barcelona se contabilizaban 28.323 infectados y 148 muertos, uno de los cuales es Dolors Sala Carrió, madre de Guardiola

El 24 de marzo, el director técnico de Manchester City donó un millón de euros a la Fundación Ángel Soler Daniel, que gestiona el Colegio de Médicos de Barcelona. El dinero se está invirtiendo en la compra y producción de material y equipamiento sanitario, además de financiar la producción alternativa (a través de impresión 3D) de respiradores y otros elementos de protección para el personal sanitario.

Guardiola también apoya proyectos de investigación para obtener medicamentos que impidan la transmisión del covid-19, así como de la vacuna contra este coronavirus, en los que están trabajando el doctor Bonaventura Clotet y el investigador Oriol Mitjà.

Hace unos días, Guardiola dejó un mensaje en el que establecía las prioridades: «Echamos de menos el fútbol. Extrañamos la vida que teníamos hace unos días, pero ahora es el momento de escuchar y de seguir lo que dicen nuestros científicos, médicos y enfermeros».


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!