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Foto: EFE/ Miguel Gutiérrez.

La oposición y el oficialismo en Venezuela se han pasado los últimos años instalando diálogos y firmando acuerdos para intentar traer estabilidad política al país. Sin embargo, los efectos aún no se ven. Faltando poco más de un mes para las elecciones presidenciales del 28 de julio, ocho de los diez candidatos presidenciales estamparon su firma en un nuevo documento oficialista en el que se comprometen a reconocer los resultados electorales, incluido Nicolás Maduro.

Este pacto fue impulsado por el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) -que busca la reelección de Maduro- y aceptado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que tiene mayoría chavista.

Pero el abanderado de María Corina Machado, Edmundo González, y el candidato Enrique Márquez no asistieron a la firma y rechazaron cualquier nuevo acuerdo impulsado por el chavismo. Ambos afirman que el Acuerdo de Barbados –suscrito el 17 de octubre de 2023 por el oficialismo y la oposición- ya incluía un reconocimiento de los resultados en las urnas.

“Nosotros y Venezuela suscribimos el Acuerdo de Barbados. Ese es el documento que contiene todas las cláusulas incluyendo las que proponen un reconocimiento de los resultados electorales. No vemos razón para firmar algo nuevo”, le dijo a El Tiempo Edmundo González un día antes de la firma, la cual se produjo el pasado jueves.

Ocho candidatos a elecciones venezolanas firman un acuerdo de reconocimiento de resultados
El candidato Benjamín Rausseo (2-d) observa la silla vacía del también candidato Edmundo González, quien no asistió a una reunión con candidatos, en la sede del Consejo Nacional Electoral. Foto: Efe.

Ahora, analistas prevén que el chavismo, a través del CNE, pueda seguir con su deriva contra la oposición y sumir aun más en la incertidumbre el proceso electoral en Venezuela.

Sin embargo, para el chavismo, las pautas del nuevo compromiso van en “consonancia con lo previsto en los acuerdos de Barbados y Caracas”, de acuerdo con el texto final que difundió el CNE.

El mismo Maduro enfatizó que “lo que diga el árbitro electoral, amén”. “Basta de sabotajes contra nuestro país. Basta de conspiraciones. Venezuela quiere tranquilidad”, dijo el líder chavista, elevando su tono en contra de quienes no firmaron el pacto.

Junto a Maduro también firmaron otros candidatos opositores, pero que son cuestionados y señalados de ser colaboracionistas del chavismo en la sombra. Entre ellos figuran Antonio Ecarri, Luis Eduardo Martínez, José Brito, Daniel Ceballos, Javier Bertucci, Benjamín Rausseo y Claudio Fermín.

¿Qué busca Maduro con la firma de este nuevo acuerdo?

De acuerdo con el presidente del CNE, Elvis Amoroso, quien era Controlar cuando se impulsó la inhabilitación de Machado, Edmundo González “no acudió al llamado de la patria”. Mientras que el opositor se defendió diciendo que no tenía invitación para ir a la sede del ente electoral.

Márquez, por su parte, y quien fue rector del CNE, dijo este viernes que para resolver los problemas en Venezuela no hace falta un acuerdo, solo voluntad política, y criticó a quienes firmaron junto a Maduro. “Le dieron un cheque en blanco”, dijo el candidato al asegurar que el texto no se discutió ni se conoció con anterioridad.

Adicionalmente, Márquez también criticó a los presidentes de Colombia y Brasil, Gustavo Petro y Luiz Inácio Lula da Silva, porque, según él, “se lavaron las manos” con el caso de Venezuela en vista de que las propuestas que ambos presentaron para una transición democrática no tuvieron respuesta por parte del chavismo.

Ante esto, Maduro dijo que quienes no reconocen el acuerdo buscan “desestabilizar y sabotear este proceso electoral, pero con ellos o sin ellos va a haber elecciones”, un discurso que parece alineado con el del CNE.

Así las cosas, analistas consultados por este diario aseguran que el acuerdo hay que mirarlo con lupa, especialmente porque en lo que va del año han sido detenido 37 opositores, entre líderes locales y colaboradores de Machado. A eso se le suma la inhabilitación de diez alcaldes como castigo por recibir a la opositora en sus municipios. Incluso, hay otros seis de sus colaboradores refugiados en la Embajada de Argentina en Caracas.

“Este acuerdo pone en el tapete elementos altamente nacionalistas como, por ejemplo, la exigencia del levantamiento de sanciones a la nación. Esto puede derivar en una acción penal contra aquellos candidatos que presuntamente solicitaron sanciones, de acuerdo con la visión del Ejecutivo”, dijo a El Tiempo el politólogo Carlos Zambrano. El analista, además, sostiene que el oficialismo busca imponer la narrativa de que lleva “ventaja” en la elección, pese a que los sondeos no lo favorecen.

Álvaro Pulido, analista y consultor de la Universidad Central de Venezuela, considera que tener a González y a Márquez fuera del acuerdo le da la posibilidad al régimen de nuevas maniobras, “como inhabilitar más adelante a los dos opositores alegando que no quisieron comprometerse con el desarrollo de la elección”.

“Es un indicio del sesgo que caracteriza esta campaña desigual”, sentenció González tras añadir que “revocar la observación internacional de la Unión Europea y aumentar la persecución contra dirigentes y simpatizantes de nuestra campaña violaba precisamente el acuerdo de Barbados”.

Cabe recordar que Amoroso revocó la invitación al bloque comunitario europeo un mes después de que Bruselas ratificó sanciones individuales contra dirigentes del chavismo, aunque suspendía una contra el propio presidente del CNE.

Pese al escenario adverso, el politólogo y exdiputado Ángel Medina, cree que el 28 de julio es una oportunidad para que haya “una avalancha” de votos a favor de la oposición. De hecho, Medina cree que, si bien hay que mirar la situación con cautela, la firma del acuerdo no impide un triunfo de González. “A diferencia de otras elecciones, el descontento ciudadano es mayor”, acota.

En todo caso, la elección presidencial en Venezuela no será como la de Argentina, donde la victoria de Javier Milei se consolidó contra la entrega del poder por parte del kirchnerismo sin sobresaltos. O, incluso, las más recientes elecciones en México, en las que el movimiento Moreno renovó su fuerza y los partidos opositores permitieron una continuidad en un marco democrático.

Para Medina es clave tomar como ejemplo estas elecciones porque resalta “la relevancia de que las partes ofrezcan garantías para que los candidatos comprometan su palabra y voluntad en establecer procesos” que reduzcan la incertidumbre de una transición.

Sin embargo, Medina va más allá y cree que hay dos puntos fundamentales para una victoria electoral. Por un lado, que haya una votación masiva y efectiva, atacando el abstencionismo. Es necesario que “los electores acuden temprano a su centro de votación”, explica. El segundo, proteger los votos y, para ellos, se debe “diseñar una estrategia que permita tener presencia e información sobre los escrutinios”.

El escenario si gana Nicolás Maduro en Venezuela

La pregunta sobre qué pasaría si Maduro vuelve a reelegirse es igual materia de discusión. La firma británica Barclays ve “posibilidades significativas” para una transición en Venezuela, basándose en que las disputas internas del chavismo pueden obligar a los distintos factores a una negociación.

En un informe conocido esta semana, la firma evaluó la posibilidad de una transición, pero también de que Maduro continúe y se reelija para seis años más. “Si Maduro sigue en el poder, una posible reestructuración de la deuda se retrasaría y los valores de recuperación podrían ser más bajos, pero no se puede descartar”, dice el documento.

Pero, Barclays cree que debido a la credibilidad con la que cuenta Edmundo González, es muy probable la transición. “Se trata de una situación inédita ya que, en casi 25 años en el poder, el chavismo nunca había acudido a unas elecciones nacionales con una desventaja tan grande, lo que hace extremadamente difícil que Maduro pueda ganar unos comicios en condiciones mínimas de competitividad”, se lee en el informe.

A Maduro no le va bien en los sondeos

Las encuestas en Venezuela son variadas, pero, a la fecha, todas le dan ventaja a Edmundo González, quien ha dejado las grandes concentraciones y mítines en manos de María Corina Machado, mientras él acude a eventos en grupos pequeños y cortos.

El último estudio de la consultora Datincorp, del mes de mayo, arrojó que González cuenta con 62% de aprobación, frente a 20,33% de Nicolás Maduro.

El apoyo al resto de los candidatos se divide de la siguiente manera: el comediante Benjamín Rausseo, con 3,42%; el pastor evangélico Javier Bertucci, 2,25%; el diputado Luis Eduardo Martínez, 1,75%, el varias veces candidato Claudio Fermín con 1,5%; Antonio Ecarri, 0,92%; el exrector del CNE Enrique Márquez, 0,75%; José Brito, 0,33%, y Daniel Ceballos, 0,25%.

Por su parte, el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello proyecta una participación de 11 millones de electores. De ellos, González podría obtener unos 7 millones de votos, mientras Maduro no superaría los 4,7 millones.


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