Canadá y Australia anunciaron la suspensión de su aporte financiero a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), luego de que Israel acusara a empleados de esa entidad de haber estado implicados en el ataque de Hamas el 7 de octubre.

Este sábado, la ministra australiana de Relaciones Exteriores, Penny Wong, dijo estar «profundamente preocupada» por las acusaciones contra la UNRWA.

«Estamos hablando con nuestros socios y vamos a pausar temporalmente la entrega de financiamientos recientes», señaló en la red social X.

«Saludamos la respuesta inmediata de la UNRWA, incluyendo la finalización de contratos y el inicio de una investigación», añadió.

La funcionaria destacó el impacto del «trabajo vital» de la UNRWA para los habitanes de Gaza y «los más de 1,4 millones de palestinos que se albergan actualmente en sus instalaciones».

De su lado, el ministro canadiense de Desarrollo Internacional, Ahmed Hussen, anunció el viernes que su país «suspendió temporalmente todo financiamiento adicional a la UNRWA mientras (la organización) adelanta una investigación profunda sobre estas acusaciones».

«Si (las denuncias de) estas acusaciones se confirman, Canadá espera que la UNRWA actúe inmediatamente contra aquellos identificados como implicados en los ataques terroristas de Hamas», añadió, precisando que Ottawa está «profundamente preocupado por la crisis humanitaria en Gaza y continúa llamando al rápido ingreso, duradero y sin trabas, de ayuda esencial».

La UNRWA anunció el viernes que recibió informaciones de Israel sobre la «presunta implicación de varios de sus empleados» en el ataque.

Estados Unidos suspendió «temporalmente la financiación adicional» a la agencia. Doce empleados «podrían haber estado involucrados» en el asalto de Hamás, afirmó el Departamento de Estado.

El jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini, se comprometió a pedir «cuentas, incluso mediante acciones legales», a cualquier empleado de la UNRWA que haya estado implicado en «actos de terrorismo»

La guerra fue desencadenada cuando los combatientes de Hamas atacaron el sur de Israel el 7 de octubre, matando a unas 1.140 personas, en su mayoría civiles, y secuestrando a otras 250, según un balance de la AFP realizado con base en datos oficiales israelíes.

En respuesta, Israel lanzó una ofensiva aérea y terrestre que ha dejado más de 26.000 muertos en Gaza, en su mayoría mujeres y menores, según el Ministerio de Salud de Hamas, que gobierna el pequeño territorio palestino.


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