Ordenación sacerdotal de Michele Di Stéfano y de Giulio Vanucci | Diócesis de Prato

¿Qué puede unir a un miembro de un grupo de punk y a un policía? Estas personas con una vida aparentemente dispares han sido unidas por Dios en la misma vocación: el sacerdocio. Porque, como apuntó el obispo de Prato, Giovani Nerbini, en la celebración, «el Señor no ha elegido administradores ni superhombres, sino personas sencillas y siempre generosas».

El 8 de junio en la catedral de Prato, en Italia, tuvo lugar la ordenación sacerdotal de Giulio Vannucci, guitarrista y tecladista del grupo local i Quanti; y de Michele Di Stéfano, expolicía, tras haber sido ordenados diáconos el pasado 18 de noviembre.

«No hay un objetivo alcanzado, es el comienzo»

A sus 19 años, Di Stéfano tenía claro que quería convertirse en agente. Uno de sus primeros destinos fue Bardonecchia. En este municipio se encontró con un sacerdote que trabajaba con niños durante el verano, Mario Bonacci, conocido por haber sido la chispa que ha prendido la llama vocacional en muchos jóvenes. En 2009 se presentó ante el anterior obispo de Prato, Gastone Simoni, declarándole su dese de ingresar en el seminario, para después estudiar teología en Florencia.

En la celebración de su primera misa, el pasado 9 de junio, estuvo acompañado de una representación de sus excompañeros. «Hoy no hay un objetivo alcanzado, sino que es el comienzo de un nuevo camino, incluso agotador, pero estoy seguro de que no estoy solo y de que cuento con la ayuda de Dios», comentó. También comentó que su intención será la de mantenerse cerca de quienes sufren y se sienten solas.

Ordenación sacerdotal de Michele Di Stefano y de Giulio Vanucci | Diócesis de Prato

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