La enorme ayuda militar y económica exterior a Ucrania está siendo crecientemente hostigada con reproches a Kiev por la gestión de la guerra. En Estados Unidos, por ejemplo, se suceden las críticas en los medios, reflejando el desencanto de fuentes oficiales sobre la estrategia militar ucraniana y la conducción de la contraofensiva. Tampoco es banal la reciente dimisión del ministro de defensa británico, Ben Wallace, tras declarar que Occidente no debería ser el «Amazon» de Ucrania. Y, en la UE, eso se ha ejemplificado, durante la reunión ministerial exteriores-defensa, desarrollada en Toledo la semana pasada, con el parón del proceso de concesión de un tramo de 500 millones de euros de ayuda militar, procedente del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz.

En el marco de una contraofensiva prácticamente estancada, destaca la superficial presión ucraniana en la cuña lograda en el tramo del frente Vasilivka-Orejov-Polohi, concretamente en la zona de Robotyne-Verbove (región de Zaporiyia). Es una incipiente brecha que las tropas ucranianas, tras semanas de fuertes combates, no logran ampliar para poder profundizar en el interior del fuertemente organizado despliegue defensivo ruso. Las acciones ucranianas tratarían de desarrollar una gran operación cuya finalidad sería alcanzar el mar de Azov, cortando así la franja de terreno que, al norte de ese mar, enlaza físicamente Crimea con el Donbás y Rostov del Don (Rusia).

En su caso, tal operación tendría que realizarse en dos periodos. En el primero, profundizando a lo largo de los 35 km que separan Verbove de Tokmak, población de alrededor de 35.000 habitantes y nudo de comunicaciones relevante, que la configuran como un objetivo intermedio de la potencial contraofensiva. Si las tropas ucranianas lograran acceder a Tokmak, el segundo periodo de la operación admitiría dos posibles esfuerzos: A, Tokmak-Berdiansk; y B, Tokmak-Melitópol.

Se estima que 80.000 personas que cruzaron la frontera entre ambos países se encuentran sin registrar, un número significativo de personas que pueden ser movilizadas y reforzar las tropas del frente

La naturaleza y orografía son similares en ambos si bien el primero tiene una longitud de 100 km, que duplica la del segundo. Por otra parte, el escenario A, al discurrir casi en paralelo al actual frente de combate, resultaría más vulnerable que el B, el cual, a caballo de la carretera PO401, y siguiendo el cauce del río Molochna, conduce a Melitópol. Esta ciudad, de 150.000 habitantes, investida capital de la Zaporiyia ocupada por Rusia, es el gran nudo de comunicaciones (carreteras y ferroviarias) de la zona, donde se ubica el mando logístico para apoyo a las tropas rusas en el sur de Ucrania.

El limán del Molochna —formidable estuario de 35 km de largo por 8 km de ancho) — completaría físicamente la finalidad antes señalada. Por tanto, con la misma finalidad y similar terreno, el esfuerzo B: Verbove-Tokmak-Melitópol parece más atractivo que el A por distancia menor y objetivo mayor. Sobre aquél las tropas rusas deberían ejercer el esfuerzo principal de su defensa en la zona, reforzándose para sellar la potencial penetración ucraniana. En todo caso, es muy dudoso que Kiev, sin superioridad aérea, reúna potencia suficiente para desarrollar con éxito tal operación.


El autor es teniente general retirado del Ejército de Tierra. Fue jefe del Eurocuerpo y de la Fuerza Terrestre y director general de Política de Defensa en el Gobierno de Zapatero. Ocupó la jefatura de la División de Estrategia y Cooperación Militar del Estado Mayor de la Defensa, así como de la División de Logística del Mando Supremo de la OTAN.

Artículo publicado en el diario ABC de España


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