Este título tan particular del artículo de hoy corresponde a una situación desconocida por buena parte del público occidental, pero que amenaza con presentarse en forma de una guerra naval y aérea entre la República Popular China y la Republica de Filipinas, que como ocurriese en las guerras balcánicas de principios del siglo XX, terminaría creando una guerra regional con la participación de Taiwán, Brunei, Malasia, Vietnam e incluso Singapur y Japón, obligando todo ello a la participación de Estados Unidos.

El origen de esta situación son los problemas de delimitación fronteriza de las áreas marinas del Mar de la China Meridional, resumiendo:

“Un mapa antiguo que muestra una línea de once puntos en forma de ‘U’ se publicó en la que entonces era la República de China, el 1 de diciembre de 1947. ​Dos de los puntos del golfo de Tonkín fueron retirados más tarde a instancia del primer ministro chino Zhou Enlai, reduciendo el total a una línea de los nueve puntos. ​ Ediciones posteriores añadieron un trazo al otro extremo de la línea, que se extiende hasta el mar Oriental de la China quedando una línea de diez puntos”. Fuente: Brown, Peter J. «Calculated ambiguity in the South China Sea, 2010.

Es por ello que, al no ponerse de acuerdo, en los asuntos fronterizos, ocurren hechos lamentables de agresión entre cuerpos militares de los países vecinos, como el que describimos a continuación y que dio pie a este escrito:

(CNN Español) — Filipinas acusó a la Guardia Costera de China de lanzar un ‘asalto brutal’ con armas blancas durante un enfrentamiento en el mar de China Meridional a principios de esta semana, una escalada importante en una disputa que amenaza con arrastrar a Estados Unidos a otro conflicto global. Las imágenes publicadas por el ejército filipino este jueves mostraban a oficiales de la guardia costera china blandiendo un hacha y otras herramientas afiladas o puntiagudas contra los soldados filipinos y pinchando su bote de goma, en lo que Manila llamó ‘un acto descarado de agresión’. Filipinas y China se han culpado mutuamente del enfrentamiento del lunes cerca del Second Thomas Shoal, en las disputadas islas Spratly, que tuvo lugar durante una misión filipina para reabastecer a sus soldados estacionados en un buque de guerra varado de la época de la Segunda Guerra Mundial que hace valer las reclamaciones territoriales de Manila sobre el atolón. El incidente es el último de una serie de enfrentamientos cada vez más tensos en la vía fluvial rica en recursos y de importancia estratégica. Pero las escenas capturadas en las últimas imágenes marcan un punto de inflexión en las tensiones latentes desde hace mucho tiempo, con China adoptando tácticas nuevas y mucho más abiertamente agresivas que, según los analistas, parecen calculadas para poner a prueba cómo responderá Filipinas y su principal aliado en Defensa, Estados Unidos”. Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2024/06/20/filipinas-acusa-china-armas-blancas-mar-china-meridional-trax/

En este escenario, la situación de una probable guerra regional entre los países del Sudeste Asiático apoyados por Japón, Estados Unidos y posiblemente Australia contra China, tendría consecuencias desastrosas para el comercio mundial, puesto que al igual que la guerra de Ucrania, derrumbó el comercio de la Federación Rusa con los países occidentales, un conflicto militar de este tipo, sería el fin del comercio entre Occidente, encabezado por Estados Unidos y los vecinos de China con problemas territoriales (14), que pasarían a absorber las inversiones globales que durante décadas acaparó el mercado chino, especialmente la India y Vietnam, a lo que habría que sumar el fin del Proyecto de la Franja y la Ruta, dado que los enemigos geopolíticos de China estarían por todos lados.

En este contexto de confrontación, se produciría una escisión del grupo Brics, ya que la India, Brasil, Suráfrica, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía y Arabia Saudita tendrían que pagar un enorme costo político y financiero por su alianza con China y Rusia, lo cual sería igualmente un gran problema para países como Cuba o Venezuela, que sin recursos financieros de sus aliados, embarcados en guerras directas con Ucrania, Taiwán o Israel, dejarían en manos de Occidente la suerte económica de estos países y por supuesto, no faltarían las represalias y sanciones de todo tipo y escala para castigar la hostilidad de los gobiernos denominados antiimperialistas…

El gobierno de China, que ya tiene las amenazas públicas de la OTAN y la Unión Europea, por su apoyo a la Federación Rusa en la guerra de Ucrania, debe observar cómo este conflicto arrojó a Suecia y Finlandia dentro de la OTAN de manera inesperada, puesto que de seguir con estas políticas tan agresivas puede terminar colocando a varios países importantes dentro de una OTAN ampliada a Asia-Pacífico con la incorporación de 6 o 7 naciones importantes que luego derivarán en la incorporación de muchos más países por razones de seguridad nacional de los mismos.

Un asunto importante que Estados Unidos administra con cuidado es no incorporar países de Latinoamérica a la OTAN, ni siquiera cuando han existido gobiernos tan entusiastas por incorporarse como la Argentina de Carlos Menem o la Colombia de Álvaro Uribe, pues entiende que países como México, Brasil o Perú podrían ser considerados amenazados por sus vecinos y generarían mayores problemas políticos que beneficios militares, siendo por ello que dicha organización, solamente se amplía en Europa, sin embargo el desafío estratégico de China, va a requerir un cambio de estas consideraciones geopolíticas y China con sus manifestaciones de poder que asustan a todos sus vecinos, está colaborando totalmente a crear una matriz de opinión negativa, que se presta perfectamente para que sus enemigos logren aislarla diplomática y comercialmente.

El actual gobierno chino no parece tener la intención de esperar hasta el año 2049, cuando tiene planificado celebrar con todo sus primeros 100 años, incluyendo la anexión de Taiwán y la soberanía total sobre todos los mares de la China PARA YA.

Corren el inmenso riesgo de generar un conflicto externo que de no ganar rápidamente, derive en un conflicto interno que al igual que ocurriese con la Unión Soviética, dé al traste con el proyecto nacional de dicha nación.

El riesgo es inmenso…


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