“Veremos qué va a pasar” dicen todos los venezolanos dentro y fuera del país. Todo el mundo es consciente de que Maduro y su combo están perdidos. El rechazo es gigantesco. También hay que decir que, por el lado del madurismo, el desespero es monumental. De llegar a hacer un acto televisado con pastores evangélicos donde Maduro sale diciendo que se arrepiente de sus pecados y que van a hacer buenitos si ganan las elecciones, un acto patético bordeando la locura. Ningún presidente latinoamericano y, me atrevo a decir, mundial no se había atrevido a tanto.

No tengo nada en contra de ninguna religión y me apego a lo que dice la Biblia: “Podrás escoger según tu voluntad, porque te es concedido”, es decir, el libre albedrío. Todos tenemos derecho a creer o a no creer, pero de allí hacer un acto televisado para verse un poco humano, un poco buenito y tratar de agarrar algunos seguidores, solamente nos dice: lo maléfico y lo hipócrita es el señor que está en estos momentos en Miraflores. Pues si de verdad quisieran rectificar, liberarían de inmediato a los más de 300 presos políticos que tienen, y que a esta hora que estoy escribiendo este artículo están siendo torturados. Eso sí sería una señal de arrepentimiento y con todo eso no llegarían a pagar la deuda que tienen con las madres que les quitaron a sus hijos en las protestas que reprimió Maduro y su guardia nacional. Hoy en día esos mismos guardias nacionales viven mal con sueldos miserables.

Maduro puede salir diciendo que cree en la Iglesia y que es un católico de alto nivel, Maduro puede salir diciendo que es cristiano y que la Biblia se la sabe de memoria, Maduro puede salir diciendo que es discípulo de Sai Baba, Maduro puede salir diciendo que es santero, palero, espiritista, Maduro puede salir diciendo que comulga con todas estas religiones respetables y con todo y eso los venezolanos son conscientes de que todo es mentira. Ya todos los venezolanos están claros en que Maduro y su claque tienen que salir, y van a salir, ahora todo depende de cómo ellos quieren salir, así que terminaré como comencé este artículo: “Veremos qué va a pasar”.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!