Dos menores caminan por las calles vendiendo almohadas, el 10 de junio de 2022, en Caracas (Venezuela). Foto: EFE/ Rayner Peña R.

Los niños y adolescentes son particularmente vulnerables al trabajo infantil, especialmente en Venezuela, donde la situación económica es sumamente precaria, obligándolos a dejar los estudios para trabajar y ayudar a sostener a sus familias, truncando así  sus sueños y poniendo en riesgo el futuro del país.

Esta aseveración forma parte de un comunicado emitido por la central de trabajadores ASI Venezuela, con motivo de la celebración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil.

En el escrito titulado Comprometidos con la Erradicación del Trabajo Infantil, la central obrera añade que el deterioro de las condiciones de trabajo de los adultos con salarios pulverizados, ha generado la pérdida del poder adquisitivo trayendo consigo desnutrición y mal alimentación de los niños y adolescentes, comprometiendo su salud, desarrollo físico y mental.

Refiere que como consecuencia de las migraciones forzadas, huyendo del hambre y la ausencia de trabajo digno dentro del país, se presentan dos situaciones muy alarmantes:

El abandono de niños y adolescentes que quedan bajo el cuidado de un familiar o amigo; menores de edad que quedan solos a su propio cuidado y al cuidado de sus otros hermanos, lo cual es muy grave.

Los menores de edad y las familias migrantes venezolanas, están enfrentando dificultades para regularizar su situación en materia de inmigración, exponiendo a los niños, niñas y adolescentes a un mayor riesgo de ser víctimas de discriminación, violencia, xenofobia, explotación y abuso.

Desigualdad social

En el escrito se indica que el trabajo infantil fomenta la desigualdad y exclusión social. En el mundo hay más de 168 millones de niños que trabajan, lo cual pone en peligro el futuro de millones de niños, pero también el bienestar de las próximas generaciones.

En Venezuela no existen estadísticas oficiales actualizadas sobre este flagelo, pero evidentemente que existe trabajo infantil de una forma desmesurada.

En el único informe oficial de Venezuela, presentado por UNICEF (2007), en un contexto donde no había crisis humanitaria; el trabajo infantil estaba considerado un fenómeno que debe llevar a una profunda reflexión por el elevado y creciente número de niños y adolescentes que ni estudia ni trabaja.

Son más los niños que ni estudian ni trabajan (100,349), que los que están incorporados en la fuerza laboral (81,000).


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