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La crisis económica y política afecta también a quienes se desempeñaron como policías en el país, quienes emprenden el viaje por la selva del Darién, agotados de los bajos salarios, la politización y la inestabilidad laboral.

El oficial jefe Omar Rincón, funcionario de la Policía de Caracas, empezó la travesía a mediados de julio, según reseña El País de España. Hace una semana llegó a Estados Unidos vía Arizona.

«Esperé más de un mes a que me dieran mi baja, vendí mi moto, agarré unos pocos ahorros y me vine», indicó.

Rincón llevó enlatados, galletas y mudas de ropa. Tomó lanchas, piraguas y buses. Caminó por trochas de noche, esquivó las migraciones en los países más complicados en el trayecto hacia el norte y llegó a Ciudad de México.

Aquí hizo la cita para la solicitud de ingreso a través de la aplicación CBT One que implementó este año el Gobierno de Estados Unidos. Esto, con el fin de intentar encausar el enorme flujo de migrantes que se acumula en la frontera sur.

Una travesía corriente

El dinero que llevó el expolicía lo fue dejando en cada parada para pagar transportes, coyotes y guías. De Caracas a Cúcuta, luego Medellín. De ahí a Necoclí, pasando por la selva del Darién y el resto de Panamá.

Luego Costa Rica, Nicaragua, Honduras, “otro país que se llama Guatemala”, Tapachula y Ciudad de México.

Luego Hermosillo, Nogales, Arizona, Nueva York, y pronto viajará a Atlanta donde ha conseguido un trabajo.

“En el camino me encontré a seis compañeros de la policía esperando sus citas, algunos de ellos tomaron la bestia (tren de carga que recorre México y al que se suben de forma irregular los migrantes para llegar a la frontera). Hasta ahora, de mi grupo, soy el único que ya entró a Estados Unidos. Creo que he tenido suerte”.

Rincón afirma que se fue del país por su hija y su futuro. Tenía 15 años de servicio y todo iba en picada. “La injerencia de la política en la policía ha complicado las cosas. La remuneración salarial, las condiciones. No cuentas con la logística para ejercer la profesión como un funcionario digno”.

La dotación de uniformes y botas, a veces incluso hasta las municiones dentro de un mercado informal, corren por cuenta de los policías en muchas instituciones, cuyos salarios rondan los 20 dólares al mes en promedio.


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