Candidatos a la primaria de oposición democrática firmaron un programa mínimo de gobierno
Primaria | Foto: Estefani Brito

En el escenario preelectoral que se vive hoy en Venezuela, de cara a las presidenciales de 2024, los enfrentamientos entre el chavismo y la oposición se han vuelto cada vez más frecuentes.

Sin embargo, hay un aspecto en el que ahora coinciden ambos sectores: que las sanciones impuestas al país por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han mermado la tan debilitada economía de Caracas. Por lo que levantar las restricciones ya no es solo una petición del chavismo, sino también de varios opositores y de los gremios del país.

Y si bien la oposición utilizó durante años este recurso como bandera para presionar la salida de Maduro, el discurso parece estar cambiando. La Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la mayor coalición antichavista, anunció recientemente que no está negada al levantamiento de las sanciones, siempre que haya un “restablecimiento de las garantías constitucionales” pactado en un acuerdo en el marco del proceso de negociación que mantiene con el Gobierno en México.

“Si quieren que se suspendan (las sanciones) y que se mantengan las violaciones (a la Constitución) ahí se complican las cosas. Nosotros estamos de acuerdo con las dos cosas (fin de sanciones y de violaciones a la Constitución), pero juntas, no separadas”, dijo el secretario del bloque, Omar Barboza.

Líderes como el mismo Henrique Capriles también han dicho que las sanciones “fracasaron”, e incluso la cúpula empresarial del país —tradicionalmente enfrentada al chavismo— se unió a la solicitud del levantamiento de las medidas.

“Ningún país quiere estar sancionado. El venezolano que diga que quiere sanciones es un loco. Nosotros pedimos, evidentemente, que las sanciones se levanten, eso no ha hecho sino empobrecer al país”, afirmó hace pocos días Adán Celis, presidente de la Federación Venezolana de Cámaras de Comercio y Producción (Fedecámaras).

Al contrario, otros opositores como María Corina Machado —que lidera la intención de voto para las primarias de la oposición— o Juan Guaidó, quien llegó a ser reconocido como presidente interino por más de 50 países, reiteran que estos dictámenes son una “herramienta” contra la “dictadura”, a la que califican como la verdadera causa de la “asfixia” económica venezolana.

¿Qué busca ahora la oposición venezolana?

Pero lo cierto es que las cifras presentadas por la encuestadora Datanálisis dan cuenta de que el 74 por ciento de los venezolanos están en contra de las sanciones. En el caso de las empresas, el desacuerdo con las penalidades asciende al 88 por ciento.

El gobierno de Nicolás Maduro ha pedido en reiteradas oportunidades que se levanten las restricciones, pero a cambio se le ha exigido dar muestras favorables para con la oposición.

No obstante, las sanciones contra Machado y la paralización de la mesa de diálogo con la oposición en México dan cuenta de que la hostilidad se mantiene contra los contrarios al chavismo. De ahí que muchos sectores expresen su sorpresa de que los detractores del oficialismo ya no vean viables las medidas.

Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, aseguró en una marcha esta semana que los sectores de la oposición muestran interés por eliminar las medidas solo porque buscan “conquistar” el voto de los ciudadanos de cara a las elecciones presidenciales de 2024, sabiendo que la mayoría de los venezolanos está en contra de ellas.

“Si aquí no hubiese habido sanciones, bloqueos por parte del imperialismo, aquí no hubiese problemas”, dijo Cabello.

Sobre este punto, el politólogo y consultor Pablo Andrés Quintero considera que la oposición no está utilizando el tema de las sanciones para acercarse al venezolano, “sino más bien para evitar caer en la tentación de las amenazas por parte del Gobierno”, pues la administración amenaza constantemente a quienes soliciten medidas contra el país.

“También la realidad económica del país está muy por encima de cualquier estrategia política. Antes, obviamente, la estrategia internacional era que el reforzamiento de las sanciones era lo que ocasionaría un cambio de gobierno”, comenta Quintero a EL TIEMPO.

Para el analista, tampoco existe una “correlación” entre la empatía que pueda sentir la gente y el opositor que pida levantamiento de sanciones, sino más bien, la oposición es apreciada de forma negativa al no lograr cumplir con la salida de Maduro. “Una oposición reforzando la idea de aplicar más sanciones aumentaría la creencia en la gente de que hay una oposición que sencillamente está trabajando en contracorriente del interés nacional”, dice el analista.

El abogado y consultor Giulio Cellini, director de LOG Consultancy, dice por su parte que seguir viendo las sanciones como un fin dejaría a Venezuela en la misma situación cubana, que lleva años bloqueada y sancionada y sin ningún avance político. “Al final, todo se ha reducido a problemas para la ciudadanía”, puntualiza.

Por eso, afirma que, más allá de lo político, levantar las sanciones podría contribuir a las grandes inversiones extranjeras que abandonaron el país y, en últimas, beneficiar a la población.


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